Por otra parte el cerebro interpreta los estados sucesivos de hambre y saciedad y construye una escala de preferencias a través de su carácter mas o menos positivo en el cuerpo, clasificando los en “buenos” o “malos” para la sobrevivencia”. Los azúcares tienen un fuerte poder de saciedad y las grasas y carnes rojas una fuerte saciación. Un refrán castellano es explicito al respecto “verduras y legumbre no dan mas que pesadumbres; la carne, carne cría y da alegría”

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